Entramos como intrusos a este mundo
respiramos, observamos y tocamos,
somos uno en el bosque, en la selva,
en la hoguera de la casa.
Cada día nos consume y nos atrapa,
cada noche perdemos la conciencia,
somos algo…
somos nada…
En la infancia aprehendemos,
llenamos la mente del mundo,
encontramos vida de lo que no somos y
damos muerte a lo que un día fuimos.
Somos ellos,
somos ellas,
somos mendigos,
somos profesionistas.
Somos todo,
somos mundo,
y somos nada,
nos hemos perdido.
Caminamos en la jungla,
volamos por el desierto,
nadamos por el arte
nos bañamos con todas las costumbres.
De hierro, de bronce,
la raza de oro
la cultura rancia,
somos fuego, somos universo.
Yace aquí, el hombre,
entre los escombros,
entre joyas y palacios,
alguien más se ha encontrado.
Un encuentro en vano,
una sociedad de ciencia,
una cultura llena de poesía
buscando la esencia en el vacío del todo.
Rápido o lento,
nos arrojamos al mundo
donde no me encuentro,
toda una vida el tiempo ha consumido.
Soy consciente
que me he perdido
en busca de mi propio encuentro,
ahora somos todo aquello.
Mi yo arrojado a la realidad,
me pregunto ¿Quién es el que va conmigo?
¿Quién es el que ha conquistado el mundo?
y me pierdo como un suspiro.