Se me hace tarde y ya mero pasa y tengo que darme prisa solo acabare rápido de comer y lavada de dientes y vámonos y tendré cuidado esta vez de no regarla y si me ve que hare y si le hablo y la acompaño y le saco platica y si mejor no le digo nada pero cielos ya se me está saliendo el corazón y ya estoy temblando otra vez y ya traigo la boca seca estoy nervioso de nueva cuenta malditos nervios ya va ahí y seguro que me espera y también estoy seguro que me ve de reojo y sé que si me le acerco me va a aceptar que la acompañe pero no deja de galopar mi corazón no podré hablarle mi boca está más seca que un cartón perderé otra vez la oportunidad.
Y la vi venir, camino a la secundaria, a pleno sol, ella caminaba radiante, la acompañaban dos amigas, que para mí no existían, solo era ella, una belleza, con su piel de durazno en su cara, sus labios delgados y delineados, su nariz recta y fina, sin una sola imperfección de su piel, que tenía un tono de perla, sus cejas bien delineadas, su pelo corto de color café claro, solo debajo de las orejas, que permitía ver dos pequeñas coquetas rojas, el peinado al centro y liso, su sonrisa elegante e inocente, delgada, con un uniforme escolar perfectamente portado, entonces mi amigo me despertó de mi aturdimiento y me dijo vámonos atrás de ella para que le hables.
Volví mi mirada hacia él, sin querer hacerlo, para no dejar de mirarla. Y caminamos detrás de ella, de pronto al pasar una avenida se le cayó un libro y mi amigo me dice, anda apúrate, levántaselo y dáselo y yo todo tembleque lo levanté y mi amigo se apresuró a hablar ya que yo no podía hacerlo y le dijo, dice mi amigo que, si te ayuda con los libros para que no se te caigan, y me vio, acepto y sonrió y pude ver una sonrisa perfecta, cómplice de mi amigo y fue el inicio de una relación de dos años. Dos años de dulzura, de romanticismo, de inexperiencia, y, si, recuerdo el primer beso, fue como a la semana de que la acompañaba, cuando le pedí que fuera mi novia y aceptó, ese día no dormí, ese día me sentí el más dichoso del mundo, ese día fue el despertar de un muchacho queriendo ser hombre y por lo que me dijo después, para ella fue lo mismo el despertar de una niña queriendo ser mujer. . Pero todo termina, ya que en este momento de nuestras vidas no podíamos decidir nuestro futuro, éramos chicos dependientes de familia. Y nos separamos.
Muchos años después, con la tecnología a la mano, la encontré, la vi en foto, era la misma belleza que había conocido solo que con años de más, y le mande mensaje y me contesto, hablamos y nos citamos para vernos y mi corazón volvió a latir apresuradamente y mi boca se volvió a secar y mis manos temblaban de nueva cuenta, y la vi a lo lejos, la misma picara mirada, la misma sonrisa, la misma belleza y me acerque y la abrase con todo el amor retenido por tantos años y fuimos dos viejos jugando a ser muchachos y……