Por Marcos Antonio Arriaga Espinosa
Es bueno tener amigos, todavía es mucho mejor, tener amigos imaginarios, ahí sí, no hay vuelta de hoja, ellos están contigo siempre, los culpas de todo y no dicen nada, los pones de ejemplo y ellos, estoicos. Soportan todas las buenas obras y las malas que no quieras cargar, no que no las soportes, sino las que no quieres cargar.
Mi amigo, es mi tío Simplicio, es un amigo que me heredaron.
Resulta, que cuando hice mi servicio social, en un ranchito que visitaba, había un viejito, encorvado, de ahí su apodo, el “cuarteado”, pelo y barbas blancas, barrigón y unos mini lentes puestos en la punta de la nariz, con un humor blanco, negro y con buen sarcasmo. Él tenía muchos bienes, hombre de corazón humilde, que me adoptó como uno más de sus muchos hijos, ofreciéndome su casa sin reservas.
Por las tardes, la gente de ese ranchito, jugaba Paco, un juego de cartas que nunca pude aprender, aparte que nunca me invitaron a jugar, ya que nadie quería dejar el juego.
Un día, ejercitándome en la labor, el cuarteado me dijo, que anda haciendo corriendo en la parcela, lo va a picar una víbora como a mi tío Simplicio, otra vez, el cuarteado se volcó en un arroyo, venia encervezado y le pregunté ¿qué había pasado?, señaló, mi tío Simplicio se me atravesó, viré y volqué …y ¿dónde andaba que venía borracho? y de nuevo, mi tío Simplicio cumplió años y me embriagaron. Otra ocasión, estaban jugando paco y ganó mucho dinero y alguien pregunto, ¿quién le enseño a jugar al cuarteado? e interrumpiendo con voz sonora dijo, mi TIO SIMPLICIO…escuchándose de inmediato las carcajadas de todos los presentes.
Ya eran muchas ocasiones que mencionaba al tal tío Simplicio y teniendo casi un año acompañándolos, no me había tocado la oportunidad de conocer al mentado tío…. Mi curiosidad aumento, pensé, el cuarteado esta viejo, ¿cuántos años ha de tener su tío? Y, tuve la osadía de preguntar delante de todos, ¡oiga don cuarteado!, ¿cuántos años tiene su tío? Y el estruendo de las carcajadas no se hizo esperar, después de recuperarse de un acceso de tos, causado por las carcajadas, me dijo, tiene 73 años igual que yo…tomó un respiro y dijo a todos … ¡cállense! que le voy a explicar al muchacho. Mi tío Simplicio, es mi tío y mi amigo y lo llevo dentro, es mi amigo del alma, está conmigo desde los 20 años y solo yo hablo con él, pero le voy a decir una cosa en este momento, se lo voy a heredar a usted, para que usted, le siga dando vida, al cabo, yo tengo otros amigos y ya mi existencia va de salida, así es que, ¡ya oyeron!, mi tío Simplicio ya es del muchacho y ya no lo mencionare. Y ya no lo mencionó. ya en mi ciudad, la primera vez que hice una barrabasada, dije en automático… mi tío Simplicio me obligo y, desde entonces me acompaña a todos lados. Y es mi gran amigo.