La algarabía aroma a hierbas,
Incienso que volaba con mi alma,
la resonancia de metales en el cuerpo,
tierra húmeda roja llena de mi esencia.
Transgredió no la mano que amasa,
la que corta y la que arranca,
es la realidad humana
que no le importa lo que pasa.
Se desconoce el sufrimiento ajeno
y mucho más cuando se muere en vida,
qué sabes de dolor cuando hablas de pudor,
cuando tu pequeña mente respeta mi cultura.
No te das cuenta que somos solo una,
que no es la ideología que valora a la existencia
es el reconocimiento de una sola humanidad,
no digas que respetas la ablación,
porque esta es mi cultura. Vi la luz del otro mundo
de este momento infernal,
inclúyete, levanta la voz por esta esclava,
que solo tiene sus lágrimas que hablan.
No soy de hule, ni metal,
soy tierra fértil,
no la de África, Asia, Europa o América
soy tierra trabajada en el sol, de la misma que eres tú.
He sentido el dolor que transmiten tus palabras,
he visto la mano que arranca tus entrañas,
la humanidad te ha dejado a la deriva,
tu lamento retumba mi existencia.
Tierra esclavizada
sometida a la cultura arcaica,
a la tradición inhumana
la circuncisión legitimada.
Abrazo tus palabras y grito con fuerza a los cuatro vientos
acabemos con la práctica que denigra la dignidad humana,
no seamos ajeno al sufrimiento que pasa nuestra hermana,
escuchen las notas que siente el corazón.