“El tráfico de armas representa una amenaza a la estabilidad de México. El 61 por ciento de las armas que circulan en el país provienen de los Estados Unidos”, reveló el Gral. Fermín Hernández Montealegre, al tiempo de señalar que el aseguramiento de las armas se ha dado en primer lugar en el estado de Tamaulipas seguido de Michoacán y Sinaloa, de las cuales el 73 % ha sido realizado por el ejército.
Lo anterior se dio a conocer durante el debate “Tráfico de armas en México”, que se realizó en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) y al que asistieron alumnos de la Licenciatura en Derecho del plantel Puebla, con la finalidad de que hagan conciencia sobre los riesgos sociales que genera el tráfico de armas.
En su intervención, el Mtro. Luis Esteban Islas Bacilio, titular de la Unidad de Planeación de la Comisión Nacional de Seguridad, ratificó la correlación entre el tráfico de armas y el incremento de la violencia, destacando que en México el 57 por ciento de los homicidios dolosos en los últimos tres años fueron cometidos por armas de fuego.
Entre otros datos, enfatizó que existe un mercado ilegal de armas de 7 mil 100 a 8 mil 500 millones de dólares al año, siendo los principales usuarios ilegales los grupos subversivos, los participantes en conflictos armados y la delincuencia organizada. Islas Bacilo se pronunció por crear una agenda común con los Estados Unidos y diseñar una ruta crítica de cómo resolver el problema.
En tanto que el investigador Martín Gabriel Barrón señaló que existe una gran diferencia entre México y los Estados Unidos en cuanto al tráfico de armas, ya que en el país vecino la ley permite su posesión dando lugar a organizaciones como la Asociación Nacional de Rifle, mientras que en nuestro país, dicha posesión está prohibida.
Gabriel Barrón alertó sobre la recurrencia de los Estados Unidos de provocar una guerra cuando entra en recesión para fomentar la venta de armas, de igual manera reflexionó sobre el hecho de que en el mundo existen entre 70 y 100 millones de rifles AK-47 y sobre el creciente tráfico de municiones, asimismo, se manifestó por una política transexenal de seguridad pública.