La inteligencia de una persona se puede medir en diferentes ámbitos y no solo por las capacidades racionales que tiene. En 1983, Howard Gardner propuso la teoría de las inteligencias múltiples, donde dividía el coeficiente de una personas en 12 variables, lo que mostró que el éxito de un individuo no depende del conocimiento académico o científico que posee, sino que también interviene las relaciones con su entornos, la sociedad e incluso con el mismo.
Por su parte, desde 1995 Daniel Goleman ha trabajado en una teoría donde el conocimiento no es lo más importante para el éxito, sino la capacidad psicológica de la persona, teoría señalada como Inteligencia Emocional, enfocada al entorno personal, educativo y laboral.
La Inteligencia Emocional se centra en el desarrollo, análisis y control de los pensamientos y emociones de las personas, que influyen en la manera en que cada uno socializa y se adapta a su entorno. La teoría de Goleman divide la Inteligencia Emocional en 5 categorías:
- Autoconocimiento. Es la aceptación y entendimiento de las emociones que se van teniendo
- Autorregulación. Es el análisis, guía y control de estas emociones para la solución de problemas y la creación de ambientes de confianza.
- Motivación: Es el entendimiento de las emociones que nos ayudan a enfocarlas a las metas que buscamos, permitiendo una constante motivación.
- Empatía: Es el reconocimiento de las emociones ajenas sin juzgarlas
- Habilidades sociales: Es la forma de convivencia y relación con otras personas
Este tipo de inteligencia no viene de nacimiento, sino del desarrollo y aprendizaje que vamos teniendo a lo largo de nuestra vida con nosotros mismos, es por ello que se puede ir trabajando. Aquí te damos algunos consejos: