Una persona puede dejar de laborar en una empresa por dos razones principales: ha sido despedido o renuncia de manera voluntaria. En ambos casos, el empleado tiene beneficios tras dejar de trabajar en el lugar y es importante quedar bien con la empresa para futuros proyectos.
La renuncia voluntaria de un trabajo puede ser por varios factores como cambio de residencia, mejoras profesionales o situaciones personales. Se la razón que te lleve a renunciar, recuerda que debes hacerlos de la mejor manera, cuidar cada detalle y dejando abierta una relación para el futuro.
Aquí te damos algunos consejos para terminar bien una relación laboral.
- Planifica. Antes de tomar la decisión de renunciar, piensa en lo que harás posteriormente, asegurándote de tener un plan profesional, personal y económico.
- Comunícalo a tu superior. La primera persona que debe estar enterado de tu renuncia debe ser tu jefe superior, para que él pueda tomar las acciones pertinentes del puesto que dejarás.
- Anticipa tu renuncia. Avisa de tu decisión 2 semanas antes de tu salida, para poder dejar tus pendientes arreglados y capacitar a la persona que ocupará tu puesto.
- Agradece. Siempre es bueno ser agradecido por las oportunidades que se presentan, en este caso la empresa te brindó la oportunidad de desarrollar capacidades profesionales.
- Se honesto y claro. Al renunciar informa cuál será tu siguiente paso, sobre todo si buscarás un nuevo trabajo, pues podrán dar buenas referencias de ti.
- Mantente en contacto. Siempre es bueno dejar las puertas abiertas por alguna referencia, proyecto o negocio a futuro.
Recuerda que si tu renuncia es voluntaria no tienes derecho a una liquidación, pero sí a recibir un finiquito, el cual abarca el salario pendiente y las prestaciones proporcionales al tiempo laborado, el cual deberán pagarte máximo 1 año después de tu renuncia.