Soy Karen Nayeli Ramírez Ibáñez y tengo 32 años. Desde hace nueve meses me desempeño como Coordinadora Junior dentro del área comercial de Universidad IEU; sin embargo, ya llevo diez años laborando en la institución.
Mi historia profesional se remonta a mi época de estudiante. Comencé haciendo portabilidades, abordando a la gente en la calle para cambio de compañía. Ese fue mi primer acercamiento con la labor de ventas, pero posteriormente me concentré en atención a clientes y cobranza. Eso me encantó, me gustó mucho hablar con la gente por teléfono.
De pronto me topé con la universidad y, como ya estaba estudiando la Licenciatura en Administración de Instituciones Educativas, me pareció bastante interesante saber que ahí mismo contaban con un call center, pensé que podía combinar la experiencia corporativa con el conocimiento educativo. Entonces empecé en el campo de call center de Universidad IEU y continué como asesora del área alrededor de 4 años.
Después, me promovieron a capacitación y descubrí que me encantaba estar en comunicación con la gente, enseñarles. Posteriormente me ascendieron al área de coordinación y heme aquí, todavía creciendo en lo que me apasiona.
El apoyo como motivación
Ejerciendo ahora como coordinadora, me doy cuenta de que las ganas de aprender de los puestos anteriores es lo que me dio el impulso para llegar hasta acá. Estando en el área de capacitación fue donde descubrí mi pasión, pues me di cuenta de lo mucho que me gustaba enseñar todo lo que aprendí a lo largo de diez años, o más.
Me encantan enseñar todos mis conocimientos a la gente, desde la atención a clientes hasta el desarrollo de estrategias de venta y negociación. Sobre todo, me esmero en ayudar a desarrollar habilidades que muchas veces no saben que tienen.
Siempre busco apoyarlos a crecer, a estar en contacto con la gente, a buscar áreas de oportunidad, porque me veo reflejada. Recuerdo cuando comencé y me encantaría que todos crezcan como yo lo hice, que todos cumplan sus metas. Por eso creo que lo que hago es extraordinario, precisamente porque estoy haciendo dos cosas que añoro: ayudando a la gente a crecer y coordinándola para que ellas también puedan ayudar a otros.
Experiencias que te vuelven más fuerte
El camino no es siempre fácil, se presentan obstáculos y dificultades que a veces te hacen querer desistir, pero lo cierto es cada experiencia es una lección. Han existido varias etapas en mi vida que me han marcado, como la muerte de familiares. He tenido que salir adelante recordando que la vida se hace cada día y hoy me toca vivir a mí, entonces debo aferrarme a mis metas y pelear por ellas.
Y aunque esos son golpes muy fuertes, también el rechazo ha dejado su huella. Todas las veces que me dijeron que no, son experiencias que ahora, estando en la posición en la que me encuentro, aprendiendo muchísimo de los líderes que me rodean, me hacen dar cuenta que me ayudaron a fortalecerme y prepararme para encontrar mi momento, demostrar de lo que soy capaz y seguir avanzando sin miedo.
En este sentido creo que cada no es un escalón que me acercó a un sí, pero tuve que esforzarme por ello. Por eso me defino como responsable, comprometida, paciente y sobre todo resiliente y visionaria.
Resiliencia, de hecho, es mi palabra favorita. Una actitud resiliente en combinación con una amplia visión, es un gran impulso que te hace ir por lo que quieres, convenciéndote de que lo vas a lograr y eso te vuelve imparable.
De ahí nace mi orgullo, este que siento al poder ayudar a mis papás, al saber que he podido cumplir todas mis metas y sueños. Este orgullo me hace capaz de ir por más, me demuestra que con trabajo todo se puede lograr. En fin, me enorgullezco de ser la mujer que soy, de tener paciencia y delicadeza para tratar a la gente sin limitar quien soy. He roto esas cadenas con las que muchas crecemos. Tener esa libertad de expresión me encanta. Siempre debemos buscar ser quienes somos sin miedo a que nos juzguen, sacar la fuerza que todas tenemos y hacer lo que nos gusta, esa es la determinación que me hace sentir orgullosa.
Un consejo para seguir adelante
Va a haber ocasiones en las que nos sintamos estancados o incluso en las que vamos a creer que ya somos lo mejor que podemos ser. Me ha pasado y por eso me gustaría regresar al tema de la resiliencia. Todo el tiempo debe haber un cambio, “renovar o morir” es mi lema, pues siempre debes ser mucho mejor. Tienes que analizar qué está pasando a tu alrededor para que empieces a trabajar en tus áreas de oportunidad, para irte nutriendo y avanzando.
¿Y cómo lograrlo? Para eso comparto otro lema: un día a la vez. Siempre me levanto pensando en que cada día nos formamos, todo se hace a su tiempo. Renuévate, siempre, un día a la vez.
Establece metas para enfocarte en lo que quieres encontrar. ¿Qué es lo que te motiva para levantarte todos los días? ¿Qué es lo que te mueve a seguir adelante? ¿Qué quieres cumplir? ¿Cuáles son tus sueños?
Todo lo que quieras lo puedes lograr cuando encuentras amor en lo que haces. Muchos buscamos un trabajo o estudiamos una carrera que nos deje mucho dinero para ser felices, porque pensamos que el dinero es felicidad, pero la verdadera clave es identificar en qué eres bueno. Cuando conoces tus virtudes empiezas a enfocarte en lo que amas y cada vez te vuelves mejor.
Siempre disfruta lo que haces y comprométete con tus metas. Así, sin que te des cuenta, llegarás a la cima. Vas a llegar al éxito y el dinero vendrá después, como un bonus. Te lo digo yo, que terminé la licenciatura a los 32 años: nunca dejes de aprender. Cada momento es tu momento. Prepárate para cualquier puesto o actividad que te apasione, que te haga feliz y que te inspire a despertarte todos los días.
Atrévete porque, ¿qué puede pasar? El no ya lo tienes. Te toca vivir apasionado.