¡Hola! Me llamo Zel Karol Verdín Andrade, tengo 20 años y soy estudiante de Universidad IEU.
Elegí la Licenciatura de Mercadotecnia y Publicidad porque quería algo que tuviera que ver tanto con psicología como con negocios y en esta carrera trabajas con ambos: tiene la parte teórica y la parte estratégica y práctica.
Ambas esferas de la licenciatura me gustan, pero me inclino un poco más por la creación de diseños, o sea la parte de la publicidad, pues el área mercadológica es muy estratégica y lo que más disfruto es diseñar.
De hecho, realicé mis prácticas profesionales dentro de Universidad IEU, entonces el diseño de campañas que aprendí lo estoy aplicando en mis proyectos personales. La verdad es que siempre he sido muy emprendedora, por lo que fuera del ámbito estudiantil tengo una joyería personalizada y gracias a mi carrera me atrevo a experimentar con técnicas de sublimado.
La verdad es que no siempre es fácil conciliar la vida estudiantil con el emprendimiento, sobre todo por los proyectos que pueden surgir en el negocio a la par de tareas y programas de la universidad. Se vuelve un poco pesado, pero creo que eso es parte de formarse. Siempre intento enlazar todo lo que aprendo para aplicarlo en cada ocasión que sea necesaria. Mi intención es hacer ese match entre la educación y el trabajo.
Siempre hay una lección
A pesar de que estudio Mercadotecnia y Publicidad, lo cierto es que no solo aprendo de ese sector. A raíz de que me gusta emprender, he conocido todo tipo de personas de las que siempre trato de aprender algo, aunque me platiquen sobre temas que no sean de mi área, porque cada consejo lo puedo adaptar a lo que me dedico y de esa experiencia yo le puedo enseñar algo más a la gente. Aunque no nos volvamos expertos, siempre es importante rescatar una enseñanza de las personas.
Es gracias a estos aprendizajes que puedo decir que estoy orgullosa de siempre intentarlo. A través de cada experiencia también aprendo. Me enorgullece poder decir que cualquier reto que se me presente lo tomo, no digo “no puedo”. Si hay algo que no sé, investigo. Claro que pido ayuda, pero no me rindo a la primera y no le paso el problema a alguien más.
Creo que el ser autosuficiente es parte de ser una persona plena, porque todo lo que logres va a ser gracias a ti y a cada lección que supiste recibir. Por eso lo he vuelto lema de mi vida.
Todos tienen algo que enseñarte, absolutamente todos. No importa si lo consideres bueno o malo, si te caiga bien o no, simplemente uno debe ir absorbiendo porque a veces no tenemos noción de que estamos aprendiendo y lo cierto es que lo hacemos a diario. Todo el tiempo estamos aprendiendo y eso es lo bonito de convivir con mucha gente: saber tantito de aquí, conocer de allá, cada detalle te complementa.
Cómo me defino
La verdad me cuesta mucho contestar esta pregunta, pero a esta altura de mi vida me atrevo a definirme como líder. Siempre he tenido ese papel y, aunque me ha costado llevarlo a cabo porque las cosas recaen sobre mí, he tratado de compartir con la gente, ayudar y permitir que me ayuden.
También me considero muy libre. Mi familia siempre me ha dado la confianza y eso ha permitido que me desenvuelva en todo ámbito, así como me ha enseñado a poner ciertos límites para cuidarme. Justo por eso creo que incluso puedo definirme como ruda, en el sentido de hacer las cosas. Siempre me exijo a cumplir con las cosas, busco el camino para lograr lo que me propongo y también para dejar un ejemplo, para que la gente que acude a mí pueda recibir la ayuda que yo he recibido alguna vez.
También creo que puedo definirme como feliz. Sí, así de simple. Aunque no lo demuestre con una sonrisa a diario, a pesar de que me enoje o me ponga triste, estoy feliz. No me es imposible estar siempre alegre porque siempre pienso que voy a aprender algo de la situación.
Y, claro, no podía faltar: emprendedora. Esa virtud es de familia y va muy ligada a la libertad de ser y a la rudeza de poder hacer.
Nunca dejen de aprender
De todas las experiencias que he tenido el consejo que les puedo compartir es que no se cierren a ninguna persona. Aunque les caiga mal, simplemente escuchen y absorban para que en su vida se queden con cualquier detalle que puedan adoptar para otras vivencias.
El ser humano está en constante movimiento y en continuo aprendizaje, entonces no se limiten. Cada persona con la que te topas es una semillita que te va aportando algo, aunque en ocasiones no lo parezca. Porque incluso los errores de los demás son aprendizajes para nosotros.
Ustedes pueden lograrlo. ¡Sigan aprendiendo para crecer!